Durante el siglo XVI, tras la conquista cristiana, los repobladores de la villa construyen la Iglesia de los Remedios, con su torre de planta cuadrada y aspecto muy sencillo, similar a las torres defensivas. En el lado sur de la torre se coloca un reloj de sol, que, a partir de entonces, marca el devenir del tiempo para los esteponeros. A principios del siglo XVIII se le añade un campanario de estilo neoclásico, decorado con elementos cerámicos. El terremoto de 1755 provoca la ruina y posterior derribo de la iglesia, quedando a partir de entonces la torre exenta. A principios del siglo XX se coloca en su interior un imponente reloj que, con sus toques de campana, sigue marcando el ritmo del tiempo en las calles del casco antiguo.
La Torre se visita desde la plaza, entrada al monumento no disponible.